秋葵视频

A project of the 秋葵视频

Nuestro prop贸sito com煤n

Estrategia 5: Construir una arquitectura de informaci贸n c铆vica que apoye un prop贸sito com煤n

Flag-Bar_0.png

Estrategia 5: Construir una arquitectura de informaci贸n c铆vica que apoye un prop贸sito com煤n

芦驴Sabe qu茅? En las elecciones de 2016, las amistades se rompieron y las iglesias se dividieron, y nunca hubo recuperaci贸n porque a algunos les pareci贸 que las diferencias pol铆ticas eran tan insuperables que ya no pod铆an formar parte de la comunidad. Es como si no nos quedara m谩s que la pol铆tica. No tenemos ning煤n otro tipo de comunidad c铆vica. Lo 煤nico que nos queda es nuestra propia tribu禄.

鈥擭ueva York (Nueva York)

 

Las recomendaciones esbozadas en la estrategia 5 se sit煤an en la intersecci贸n de las plataformas digitales, la investigaci贸n acad茅mica, la formu颅laci贸n de pol铆ticas, la jurisprudencia y la econom铆a. Estas recomendaciones se encuentran entre las m谩s t茅cnicas del informe de la Comisi贸n, pero la idea fundamental que las aglutina es sencilla: aunque el uso que la gente hace de las redes sociales y otras plataformas digitales ha afectado de manera negativa el ejercicio de la ciudadan铆a democr谩tica, dichas plataformas se pueden redise帽ar y sus usos se pueden modificar con el fin de reforzar 鈥攅n lugar de erosionar鈥 nuestra democracia constitucional y nuestro sentido de prop贸sito com煤n.

Las redes sociales y otras plataformas digitales tocan casi todos los aspectos de nuestra vida p煤blica y privada, y repercuten much铆simo en el ejercicio de la ciudadan铆a democr谩tica. En la 煤ltima d茅cada, las redes han hecho m谩s da帽o que bien en la conciencia p煤blica: han fomentado la polarizaci贸n, han difundido mucha desinformaci贸n y han menoscabado la calidad del debate p煤blico. Pero tambi茅n han contribuido al surgimiento de nuevos movimientos sociales, han facilitado la organizaci贸n c铆vica y pol铆tica, y les han dado voz a grupos subrepresentados. Adem谩s, han dado lugar a una explosi贸n de datos sobre casi todos los aspectos de nuestra vida individual, aunque est茅n lejos de ser suficientes a la hora de ayudarnos a entender c贸mo, cu谩ndo y por qu茅 los estadounidenses se comprometen como ciudadanos democr谩ticos cuando no se trata del ciclo electoral. Son simplemente tecnolog铆as que hemos dise帽ado. No hay motivo por el cual no podamos redise帽arlas de manera que refuercen 鈥攅n lugar de erosionar鈥 la democracia constitucional y nuestro prop贸sito com煤n.

En la estrategia 5 nos concentramos en dos aspectos de la infraestructura de informaci贸n del pa铆s: las fuentes de datos que se pueden emplear para efectos de investigaci贸n y las plataformas digitales (tales como las redes sociales y los motores de b煤squeda). Ambas recomendaciones se basan en el concepto de que al unir el mejoramiento de la informaci贸n con un dise帽o intencional se pueden aumentar la transparencia y la responsabilidad. Eso nos puede ayudar a encontrar soluciones creativas e innovadoras a los retos m谩s dif铆ciles a los que se enfrenta la democracia.

Con la estrategia 5, nos vamos alejando de las instituciones formales de la democracia y nos acercamos a la cultura. En la estrategia 4 tratamos sobre los puentes de la sociedad civil que son los ant铆dotos f铆sicos y a menudo hiperlocales contra la polarizaci贸n. En la estrategia 5 a帽adimos una arquitectura de informaci贸n c铆vica que sustenta el prop贸sito com煤n. Con las estrategias 4 y 5 en marcha, empezamos a vislumbrar una cultura de compromiso (la estrategia 6).

La Comisi贸n public贸 dos documentos en los que se explica lo que se sabe sobre el efecto de internet y de las redes sociales en la democracia: 芦Internet y la ciudadan铆a participativa禄 (The Internet and Engaged Citizenship, 2019) y 芦Los datos que definen la democracia禄 (The Data Driving Democracy, 2020).
La Comisi贸n public贸 dos documentos en los que se explica lo que se sabe sobre el efecto de internet y de las redes sociales en la democracia: 芦Internet y la ciudadan铆a participativa禄 (The Internet and Engaged Citizenship, 2019) y 芦Los datos que definen la democracia禄 (The Data Driving Democracy, 2020).

5.1鈥

Formar un grupo de trabajo de alto nivel para articular y medir las obligaciones c铆vicas de las redes sociales e incorporar esas mediciones definidas en el Proyecto de Compromiso Democr谩tico (Democracy Engagement Project) que se describe en la recomendaci贸n 5.5.

Las plataformas de las redes sociales no son intr铆nsecamente malas para la democracia.

Claro est谩 que no es dif铆cil encontrar ejemplos de usos de las redes sociales que debiliten la sociedad democr谩tica. Las pr谩cticas cuestionables en plataformas como Facebook pueden repercutir en las elecciones, cuando actores pol铆ticos extranjeros y nacionales siembran desinformaci贸n y discordia. Los videos extremistas en YouTube pueden estar contribuyendo a una ola de violencia etnonacionalista. El autor de la masacre en la mezquita de Christchurch (Nueva Zelanda) retransmiti贸 el ataque en directo por las redes sociales y se apoy贸 en ellas para difundir su manifiesto. Estos ejemplos, entre muchos otros, demuestran la indiscutible influencia negativa de las redes sociales, y por eso se han generado llamados sensatos para que sean reguladas y reformadas. Pero muchos otros ejemplos ponen de relieve c贸mo las plataformas de las redes sociales est谩n fortaleciendo la sociedad democr谩tica. En T煤nez, los manifestantes evitaron la censura y atrajeron la atenci贸n de los medios de comunicaci贸n internacionales gracias a las im谩genes que compartieron en Facebook. El movimiento #MeToo se ha valido de las redes sociales para generar cambios en todo el mundo. Y, por supuesto, las redes sociales y las tecnolog铆as de videoconferencia ayudaron a que personas de todo el mundo mantuvieran un sentimiento de conexi贸n durante la crisis de COVID鈥19, lo cual contribuy贸 a que el distanciamiento f铆sico no se tradujera en una situaci贸n de aislamiento y desintegraci贸n c铆vica total. Esto nos ha ense帽ado una gran lecci贸n: tenemos que esforzarnos no solo para prevenir los efectos perjudiciales de las redes sociales en la democracia, sino tambi茅n para entender lo que las redes sociales pueden aportarle a la democracia y de ah铆 articular una visi贸n positiva.

Los creadores de plataformas y los usuarios de las redes sociales de hoy d铆a deben entablar una conversaci贸n abierta y sincera para definir lo que las redes sociales deben hacer para nosotros como ciudadanos de una sociedad autogobernada. El proyecto Se帽ales C铆vicas (Civic Signals), 鈥攗na colaboraci贸n entre la Conferencia Nacional sobre la Ciudadan铆a (National Conference on Citizenship) y el Centro para la Participaci贸n de las Redes (Center for Media Engagement) de la Universidad de Texas en Austin鈥, est谩 trabajando para facilitar este di谩logo. Ha reunido a expertos con el fin de reimaginar los bienes p煤blicos que se pueden generar en los espacios digitales. Este y otros proyectos afines aspiran a definir mediciones que nos permitan evaluar los beneficios o perjuicios que suscitan plataformas de las redes sociales en la democracia.

Se tienen que definir formas de medir que nos permitan entender qu茅 tan bien cumple una plataforma con diferentes aspectos del prop贸sito c铆vico: por ejemplo, 驴se expone al usuario a una diversidad de puntos de vista? Para 2026, estas mediciones deben estar en uso para captar los cambios que se deriven de las siguientes recomendaciones. Nos ayudar谩n a distinguir entre las redes sociales (en t茅rminos gen茅ricos), y las redes c铆vicas dise帽adas para poner en pr谩ctica principios que apoyan la democracia.

5.2鈥

Recurriendo a leyes estatales, federales o a ambas, subsidiar la innovaci贸n con miras a reinventar las funciones p煤blicas que las redes sociales han desplazado: por ejemplo, gravar la publicidad digital con el fin de crear un fondo de medios de comunicaci贸n p煤blicos mediante el cual se respaldar铆an formas experimentales de usar las plataformas de las redes p煤blicas, as铆 como al periodismo de investigaci贸n local y regional.

Hoy por hoy, solo el veintisiete por ciento de los estadounidenses lee las noticias en un peri贸dico local impreso, mientras que el sesenta y cuatro por ciento las obtiene por internet.61 Cerca del veintiuno por ciento de los peri贸dicos locales del pa铆s desapareci贸 entre 2004 y 2018.62 Pero las redacciones de noticias no son las 煤nicas organizaciones que luchan por redefinir sus modelos de negocio en respuesta a las plataformas digitales. Con mayor y mayor frecuencia, por ejemplo, a las bibliotecas p煤blicas del pa铆s se les pide que se ocupen de ense帽ar a vivir en un mundo digital; que presenten contenido local en formato digital y que ofrezcan acceso gratuito a sus computadoras, a Internet, a su conexi贸n wifi y a capacitaci贸n tecnol贸gica.63 Nuestra arquitectura de informaci贸n c铆vica se ha visto alterada por las redes sociales y, en el caso del periodismo local, una importante funci贸n p煤blica se ha visto desplazada.

芦La mayor铆a de los peri贸dicos est谩n en quiebra, 驴sabes? As铆 que preguntar: 鈥淧or cierto, 驴por qu茅 no eres un ciudadano bien informado?鈥 es una pregunta injusta禄.

鈥擲t. Paul (Minnesota)

 

Las plataformas digitales comerciales se financian con lo que les pagan sus anunciantes, quienes rastrean nuestras b煤squedas, nuestros movimientos y hasta nuestras conversaciones. La publicidad dirigida que realizan estas empresas, y las ventas que obtienen como resultado, deben ser gravadas por los gobiernos estatal o federal, o por ambos. Y los beneficios que se perciban se han de encauzar para financiar experimentos que nos ense帽en a reconstruir funciones que apoyen la democracia.64 Los experimentos podr铆an adoptar la forma de plataformas de redes c铆vicas, como CivicLex de Lexington (Kentucky), o experimentos con modelos de negocio period铆sticos, como la estructura sin fines de lucro de Pro Publica que respalda las investigaciones period铆sticas en Chicago. Para 2026, ya debe estar bien establecida una estructura fiscal en este espacio, y se le deber谩n asignar fondos para apoyar a los proveedores de periodismo local, a otros experimentos en plataformas p煤blicas, as铆 como al crecimiento en un nuevo campo de redes c铆vicas.

Endnotes

  • 61Gallup, 芦禄.
  • 62Abernathy, The Expanding News Desert, 10.
  • 63American Library Association, 芦禄, octubre de 2015.
  • 64Paul Romer, 芦A Tax That Could Fix Big Tech禄, The New York Times, 6 de mayo de 2019.

5.3鈥

Para complementar los experimentos con plataformas de redes p煤blicas (la recomendaci贸n 5.2), establecer un mandato de inter茅s p煤blico para las plataformas de redes sociales que tienen fines de lucro. De forma an谩loga a los requisitos de zonificaci贸n municipal, este mandato les exigir铆a a estas empresas de plataformas digitales con fines de lucro apoyar la creaci贸n en sus propias plataformas de espacios digitales designados de inter茅s p煤blico.

En la recomendaci贸n 5.2, propusimos que se experimentara con la creaci贸n de plataformas de redes de comunicaci贸n p煤blicas y de nuevas maneras de ofrecer periodismo de investigaci贸n local con miras a construir un campo de redes de comunicaci贸n c铆vica. Del mismo modo, apoyamos la experimentaci贸n de c贸mo las redes sociales privadas y otros espacios en l铆nea pueden estar al servicio del inter茅s p煤blico. La norma de inter茅s p煤blico de la Comisi贸n Federal de Comunicaciones (FCC, por sus siglas en ingl茅s) se estableci贸 para equilibrar los intereses comerciales con los democr谩ticos, primero en la radio y luego en la televisi贸n. Ha llegado el momento de recurrir a ese mismo modelo para establecer un mandato de inter茅s p煤blico para las plataformas de las redes sociales con fines de lucro.

Se debe formar un grupo de trabajo de alto nivel para explorar un mandato de inter茅s p煤blico para las plataformas digitales privadas, con el objetivo de aprobar legislaci贸n pertinente en un futuro pr贸ximo. Para 2026, deben verse espacios de inter茅s p煤blico, incluso en las plataformas de redes sociales privadas, como complemento a los experimentos con plataformas de redes p煤blicas y redes c铆vicas.

La Fundaci贸n Vitalyst Health se asoci贸 con la Alianza Calles Vivas (Living Streets Alliance) de Tucson (Arizona) para capacitar a j贸venes y sus familias de manera que puedan mejorar los nexos comunitarios mediante el redise帽o de los espacios p煤blicos en sus barrios. Los responsables pol铆ticos, los acad茅micos y los profesionales necesitan contar con una mejor fuente de datos que les permita medir los efectos de iniciativas como esta en el compromiso democr谩tico.
La Fundaci贸n Vitalyst Health se asoci贸 con la Alianza Calles Vivas (Living Streets Alliance) de Tucson (Arizona) para capacitar a j贸venes y sus familias de manera que puedan mejorar los nexos comunitarios mediante el redise帽o de los espacios p煤blicos en sus barrios. Los responsables pol铆ticos, los acad茅micos y los profesionales necesitan contar con una mejor fuente de datos que les permita medir los efectos de iniciativas como esta en el compromiso democr谩tico.

5.4鈥

Por medio de leyes y reglamentaciones federales, exigir a las empresas de plataformas digitales: la interoperabilidad (como se unificaron los anchos de las v铆as f茅rreas), la portabilidad de los datos y su apertura, de tal manera que los investigadores tengan la posibilidad de cuantificar y evaluar el compromiso democr谩tico en contextos digitales.

Solo con impuestos no se puede contrarrestar el efecto negativo que las plataformas digitales tienen en el compromiso democr谩tico. Tambi茅n se necesitar谩n reglamentaciones: exigirles a las plataformas, por ejemplo, que faciliten el acceso a los datos con regularidad y con coherencia, para poder estudiar c贸mo estas repercuten en el compromiso democr谩tico. El Reglamento General de Protecci贸n de Datos aprobado en la Uni贸n Europea les exige a las plataformas que suministren una copia port谩til de los datos sobre la actividad de los usuarios en las redes sociales. Las plataformas de mayor acogida est谩n colaborando con el Proyecto de Transferencia de Datos para definir una norma de interoperabilidad que posibilite la circulaci贸n de datos entre los distintos proveedores de servicios. En Estados Unidos se debe crear una norma de interoperabilidad af铆n para que los datos de las redes sociales se puedan compartir. Al mismo tiempo, las plataformas se deben comprometer a permitir el uso ilimitado de tales datos por terceros.

En los a帽os venideros se deben establecer normas que impongan la interoperabilidad, la portabilidad y la apertura de los datos. Adem谩s, la educaci贸n p煤blica sobre la importancia de estos temas ya deber铆a estar muy avanzada.

Comunidades de todo el pa铆s est谩n explorando formas de fortalecer el compromiso que los estadounidenses tienen los unos con los otros a trav茅s del servicio, la educaci贸n, las reuniones y la narraci贸n de relatos. En Lexington (Kentucky), en las caminatas de narraci贸n creativa se reunieron las voces de diversos integrantes de la comunidad para compartir sus relatos por medio de arte en las aceras.
Comunidades de todo el pa铆s est谩n explorando formas de fortalecer el compromiso que los estadounidenses tienen los unos con los otros a trav茅s del servicio, la educaci贸n, las reuniones y la narraci贸n de relatos. En Lexington (Kentucky), en las caminatas de narraci贸n creativa se reunieron las voces de diversos integrantes de la comunidad para compartir sus relatos por medio de arte en las aceras.

5.5鈥

Establecer y financiar el Proyecto de Compromiso Democr谩tico (Democratic Engagement Project): una nueva fuente de datos y un centro de intercambio de informaci贸n para investigaciones que apoyen la infraestructura social y c铆vica. Con el Proyecto se llevar铆a a cabo un estudio centrado, a gran escala, sistem谩tico y longitudinal del compromiso democr谩tico individual y organizativo, que incluir铆a la integraci贸n cabal de mediciones y la evaluaci贸n del compromiso democr谩tico en contextos digitales.

Las fuentes de datos con que contamos hoy no captan suficientemente la amplitud de los factores que influyen en el compromiso democr谩tico actual, sobre todo a trav茅s de las plataformas digitales. Por ser tradicionales, a menudo se centran en formas de compromiso que hace d茅cadas eran las m谩s comunes entre los grupos privilegiados de la sociedad. La mayor铆a no tiene en cuenta el efecto de las variables contextuales de alcance comunitario o estatal, ni tampoco tiene el tama帽o de muestra que posibilita un an谩lisis municipal. En los conjuntos de datos longitudinales no est谩n representados los menores de dieciocho a帽os, y los pocos que s铆 lo hacen no suelen seguirlos hasta que llegan a la mayor铆a de edad. Por eso vemos limitada la posibilidad de estudiar c贸mo las experiencias en los contextos escolares y comunitarios afectan el compromiso pol铆tico actual o futuro. Hasta la fecha no hay ning煤n estudio dise帽ado concretamente para entender c贸mo la gente se compromete con la democracia 鈥攊ncluido tanto el compromiso pol铆tico como el c铆vico鈥攁 lo largo del tiempo y los puntos de vista que lo sustentan durante los a帽os electorales y no electorales.65

La Comisi贸n recomienda que se efect煤e un estudio innovador sobre el compromiso democr谩tico que renueve nuestro entendimiento de c贸mo, cu谩ndo y por qu茅 la gente participa en la vida democr谩tica. Un estudio de este tipo necesitar铆a una fuente de datos colaborativa dise帽ada para responder a grandes preguntas, raz贸n por la cual la Comisi贸n recomienda la creaci贸n del Proyecto de Compromiso Democr谩tico.

Para avanzar radicalmente en nuestro entendi颅miento de la vida democr谩tica en los Estados Unidos de hoy, el Proyecto de Compromiso Democr谩tico debe: incluir datos tanto individuales como contextuales; obtener una muestra amplia que garantice que se les preste atenci贸n a las diversas categor铆as de raza y de etnia, y que se hagan an谩lisis de 谩reas metropolitanas y estatales; ser coherente y flexible para permitir la comparaci贸n a lo largo del tiempo y para que se adapte a los cambios; tener dise帽o interdisciplinario; ser de c贸digo abierto; ser longitudinal y estar en un ciclo anual; incluir datos de plataformas digitales y de redes sociales, como se ha descrito anteriormente; estar al alcance de activistas y dirigentes c铆vicos locales; y prestarles atenci贸n a los adolescentes.

Acad茅micos y expertos en investigaci贸n de m煤ltiples instituciones deben empezar de inmediato a definir y delinear el proyecto, con miras a crearle una sede permanente, ya sea en una sola universidad o en un consorcio de instituciones. Para 2026, el Proyecto de Compromiso Democr谩tico debe ofrecer con regularidad datos concretos sobre la participaci贸n del pueblo en el proceso democr谩tico en las esferas nacional, estatal y comunitaria, quiz谩s en forma de 铆ndice publicado con periodicidad definida.

Endnotes

  • 65Con el estudio Youth-Parent Socialization Study se evaluaron las conductas y actitudes pol铆ticas a trav茅s del tiempo entre generaciones de integrantes de familias. Se tuvieron en cuenta acontecimientos transformadores y tendencias hist贸ricas, que abarcaron cuatro olas de investigaci贸n entre 1965 y 1997. V茅ase M. Kent Jennings, Gregory B. Markus, Richard G. Niemi y Laura Stoker, (ICPSR 4037) (Ann Arbor, Mich.: Inter-University Consortium for Political and Social Research [distribuidor], 2005).